En el día de la fecha, durante la 17.ª sesión del 146.º período legislativo de la Honorable Cámara de Diputados de Entre Ríos, el diputado Sergio Castrillón realizó un emotivo homenaje al músico y cantautor paceño Héctor “Cacho” Confesor Miño, destacando su legado artístico y humano.

En su intervención, Castrillón recordó los inicios humildes del artista en La Bajada de la Cruz, un lugar emblemático de la ciudad de La Paz, donde Cacho creció junto a su familia en condiciones económicas difíciles. Desde muy joven —recordó— buscó trabajos diarios para subsistir, mientras descubrían su talento natural para la música y el canto, aprendiendo guitarra de manera autodidacta.
El legislador evocó la profunda conexión del artista con el Club Comercio, institución de gran significado en su vida, y resaltó que Cacho perteneció a una generación de músicos que trabajaban “a oído”, cuando la tecnología aún no facilitaba el trabajo del sonido. “Eran artesanos de esa actividad”, expresó.
Castrillón repasó además los numerosos escenarios y festivales donde Miño se destacó, especialmente los del norte entrerriano, donde compartió cartel con artistas consagrados como Linares Cardozo, Tarragó Ros, Ramóna Galarza y otros nombres relevantes de la música litoraleña.
Uno de los momentos más significativos del discurso fue cuando recordó el paso del músico por el conjunto de Orlando Ayunes , donde comenzó a proyectarse profesionalmente antes de lanzarse con su grupo propio. También subrayó su constante vocación solidaria: “Era un colaborador de todas las escuelas y eventos, y lo hacía de forma gratuita. Su capital era la música y su mayor riqueza, la humildad”.
Entre las obras más importantes del artista, Castrillón mencionó el tema “La Paz que dejó”, considerado hoy un himno de la ciudad y que ha sido interpretado en múltiples oportunidades desde su fallecimiento.
El diputado también hizo referencia a la vida de Miño en Paraná, adonde se trasladó para acompañar a su familia, y destacó que nunca perdió el vínculo con su ciudad natal, adonde regresaba con frecuencia.
Finalmente, subrayó que Cacho Miño deja un legado imborrable, no solo por su música sino por la herencia artística que transmitió a sus hijos, varios de ellos hoy vinculados profesionalmente al ámbito musical, con distintas actividades siendo reconocidos en la provincia. “Ha dejado una enseñanza, un precedente, un camino. Y realmente, no ha muerto”, afirmó Castrillón, citando a Horacio Guaraní: “Si se calla el cantor, calla la vida”.
El homenaje quedó registrado en la versión taquigráfica de la sesión y fue acompañado por un reconocimiento a su familia.