El letrado cuestionó las hipótesis iniciales que barajaron un alejamiento voluntario de la familia y afirmó que sostiene una línea central: la familia nunca salió del campo La Candelaria, donde vivía como puestera. Señaló como principal sospechoso al dueño del establecimiento, Alfonso Goette, ya fallecido.
Rodríguez Allende destacó el compromiso del último juez interviniente, Gustavo Acosta, aunque lamentó que las numerosas diligencias realizadas no arrojaran resultados concluyentes.
La causa continúa abierta bajo la carátula de “averiguación de paradero” y cuenta con recompensa nacional para obtener testimonios útiles. El abogado adelantó que revisará el expediente, compuesto por 18 cuerpos, y que pedirá nuevas diligencias en el campo.